Madrid, 22 oct (EFE).- España consume y genera una contaminación casi tres veces (2,6) la biocapacidad de su territorio (capacidad de recarga de los recursos naturales), lo que significa que su nivel de insostenibilidad es del 260 por ciento.
Así se desprende del informe "La huella ecológica como elemento de valoración integrada de la sostenibilidad del desarrollo", que ha sido presentado hoy por el secretario general para el Territorio y la Biodiversidad, Antonio Serrano, durante la inauguración de un seminario, organizado por la Fundación Biodiversidad.
El informe, primero de estas características que se realiza en España, ha sido elaborado por un equipo de expertos, según ha explicado la presidenta de esa Fundación, María Artola.
La huella ecológica, cuyos primeros cálculos datan de finales de los años 90, es un indicador de carácter global que fija la superficie (en hectáreas) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población determinada.
Este indicador en España en el año 2005 era de 6,4, lo que significa que cada español necesita 6,4 hectáreas para que produzca todo lo que consume y pueda integrar en la naturaleza la contaminación que genera.
El informe determina también la biocapacidad (capacidad de carga) del territorio, que en el caso de España es de 2,43, por lo que la relación huella/biocapacidad es de 2,6.
Este valor, aunque elevado, es inferior, no obstante, al de otros países como Estados Unidos (9,7) o Japón (4,7), e incluso a la media europea (4,7).
Para ilustrar todos estos datos Serrano utilizó el símil de un vehículo que se conduce por encima de la línea roja de sus revoluciones, lo que a nivel mundial significa que se está utilizando el Planeta "con una sobre-revolución".
Lo más preocupante, según el director general, es que los incrementos en la huella ecológica son "tremendamente elevados" y en algunos países los niveles son "absolutamente inaceptables".
La tala de bosques, el agua potable y las emisiones de CO2 asociadas al consumo energético son las principales razones de esa insostenibilidad.
En cuanto a la distribución regional de la huella ecológica, los niveles más altos se registran en las comunidades autónomas con fuertes procesos de urbanización y las que siguen teniendo suelos potencialmente urbanizables.
Así, la Comunidad de Madrid encabeza la clasificación, ya que consume y genera una contaminación de casi veinte veces (19,9) la biocapacidad de su territorio, seguida de Canarias (10,4) y Comunidad Valenciana (7,2), además de Ceuta (41,9) y Melilla (38,7).
Por el contrario, las regiones mejor situadas desde el punto de vista de la sostenibilidad son Castilla y León (0,7) y Castilla-La Mancha y Extremadura (0,8 en ambos casos), por lo que tienen biocapacidad excedentaria.
Serrano ha asegurado que España está creciendo a una renta per cápita superior a la media de la Unión Europea, mientras que desde una perspectiva medioambiental aun se está lejos de converger.
Ha explicado que la huella ecológica va a seguir aumentando de manera significativa de aquí al año 2020, de tal forma que con las políticas puestas en marcha y suponiendo que se cumplan el 80 por ciento de los objetivos, ese valor permanecerá constante pero no mejorará respecto a los niveles de 2004.
Así se desprende del informe "La huella ecológica como elemento de valoración integrada de la sostenibilidad del desarrollo", que ha sido presentado hoy por el secretario general para el Territorio y la Biodiversidad, Antonio Serrano, durante la inauguración de un seminario, organizado por la Fundación Biodiversidad.
El informe, primero de estas características que se realiza en España, ha sido elaborado por un equipo de expertos, según ha explicado la presidenta de esa Fundación, María Artola.
La huella ecológica, cuyos primeros cálculos datan de finales de los años 90, es un indicador de carácter global que fija la superficie (en hectáreas) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población determinada.
Este indicador en España en el año 2005 era de 6,4, lo que significa que cada español necesita 6,4 hectáreas para que produzca todo lo que consume y pueda integrar en la naturaleza la contaminación que genera.
El informe determina también la biocapacidad (capacidad de carga) del territorio, que en el caso de España es de 2,43, por lo que la relación huella/biocapacidad es de 2,6.
Este valor, aunque elevado, es inferior, no obstante, al de otros países como Estados Unidos (9,7) o Japón (4,7), e incluso a la media europea (4,7).
Para ilustrar todos estos datos Serrano utilizó el símil de un vehículo que se conduce por encima de la línea roja de sus revoluciones, lo que a nivel mundial significa que se está utilizando el Planeta "con una sobre-revolución".
Lo más preocupante, según el director general, es que los incrementos en la huella ecológica son "tremendamente elevados" y en algunos países los niveles son "absolutamente inaceptables".
La tala de bosques, el agua potable y las emisiones de CO2 asociadas al consumo energético son las principales razones de esa insostenibilidad.
En cuanto a la distribución regional de la huella ecológica, los niveles más altos se registran en las comunidades autónomas con fuertes procesos de urbanización y las que siguen teniendo suelos potencialmente urbanizables.
Así, la Comunidad de Madrid encabeza la clasificación, ya que consume y genera una contaminación de casi veinte veces (19,9) la biocapacidad de su territorio, seguida de Canarias (10,4) y Comunidad Valenciana (7,2), además de Ceuta (41,9) y Melilla (38,7).
Por el contrario, las regiones mejor situadas desde el punto de vista de la sostenibilidad son Castilla y León (0,7) y Castilla-La Mancha y Extremadura (0,8 en ambos casos), por lo que tienen biocapacidad excedentaria.
Serrano ha asegurado que España está creciendo a una renta per cápita superior a la media de la Unión Europea, mientras que desde una perspectiva medioambiental aun se está lejos de converger.
Ha explicado que la huella ecológica va a seguir aumentando de manera significativa de aquí al año 2020, de tal forma que con las políticas puestas en marcha y suponiendo que se cumplan el 80 por ciento de los objetivos, ese valor permanecerá constante pero no mejorará respecto a los niveles de 2004.
1 comentario:
!Vaya miedo! Y encima los valencianos en cabeza, para variar...
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